El proceso de replicación de ADN es el mecanismo que permite al ADN
duplicarse (es decir, sintetizar una copia idéntica). De esta manera de
una molécula de ADN única, se obtienen dos o más "clones" de la
primera. Esta duplicación del material genético se produce de acuerdo
con un mecanismo semiconservativo, lo que indica que las dos cadenas complementarias del ADN
original, al separarse, sirven de molde cada una para la síntesis de
una nueva cadena complementaria de la cadena molde, de forma que cada
nueva doble hélice contiene una de las cadenas del ADN original. Gracias a la complementariedad entre las bases que forman la secuencia de cada una de las cadenas, el ADN tiene la importante propiedad de reproducirse idénticamente, lo que permite que la información genética se transmita de una célula madre a las células hijas y es la base de la herencia del material genético.
El origen de replicación
El genoma bacteriano es un único replicón circular
La cantidad de ADN que se puede sintetizar a partir de un único origen de replicación se denomina replicón o unidad funcional de replicación. El genoma bacteriano es un replicón único circular. En organismos eucarióticos, la replicación del ADN se inicia en múltiples orígenes a la vez (hay uno cada 20 kb aproximadamente), es decir, hay varios replicones.2
Los experimentos realizados por Cairns (1963) con bacterias Escherichia coli
permitieron determinar la existencia de ese punto fijo u origen de
replicación a partir del cual el genoma empezaba a replicarse. Los
experimentos consistían en mantener un cultivo de E. coli creciendo en un medio que contenía timidina tritiada (timina marcada con tritio), de forma que el ADN quedara marcado radiactivamente pudiendo efectuarse una autorradiografía. A continuación se observaba al microscopio. Los resultados indicaban que la replicación en E. coli se iniciaba en un punto concreto (OriC).3
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